“No esperes a que el sistema te proteja, te haga comprender y te prepare para afrontar la realidad, convierte el autoconocimiento y el autocuidado en tus mejores armas”
Esta entrada esta dedicada a todos los profesores que volvéis a las aulas en tiempos de covid-19, sin saber muy bien cómo afrontar la situación y sin tener certeza de cómo transcurrirán los días. Va dedicado a todos vosotros, porque no solo tenéis que desempeñar vuestras labores formativas habituales, sino que necesitáis gestionar vuestro propio miedo y vuestras dudas, a la par que tratáis de situar a vuestro alumnado en este nuevo contexto, haciéndoles comprender que la vida ha cambiado y que la forma de aprender y de relacionarnos, también.
Dado que os enfrentáis a las nuevas necesidades emocionales de los niños y jóvenes con los que trabajáis y, además, dada la incertidumbre, las incógnitas y los cabos sueltos que rodean a esta vuelta al cole, también os podéis sentir inmersos en vuestra propia montaña rusa emocional, es de vital importancia que contéis con herramientas adecuadas que os permitan conectar con vuestras emociones, vuestras necesidades y vuestro cuerpo, pudiendo mantener vuestro equilibrio y regulando el impacto que esta situación de inicio del corona- curso pueda tener sobre vosotros.
A continuación, os dejamos una serie de potentes herramientas que os pueden ayudar en esta retadora tarea que se os presenta y esperamos poder acompañaros y ayudaros con numerosos recursos a lo largo del curso escolar.

Algunas herramientas para gestionar la incertidumbre y prevenir el desgaste emocional
Dedícate momentos de conexión
Ante situaciones novedosas, demandantes o impactantes emocionalmente es importante generar espacios de autocuidado que nos permitan separar nuestra propia vida e identidad de la situación estresante que estamos viviendo. Esto es fundamental, ya necesitamos tomar distancia y observar con perspectiva para poder regular correctamente las circunstancias de nuestra vida. Asimismo, necesitamos conectar con nuestro interior y regresar a nuestro centro, pudiendo escuchar y observar nuestro estado emocional, mental y corporal; de no ser así, vamos poco a poco cayendo en una inercia de desconexión en la que nos vamos alejando cada vez más de nosotros mismos y de un estado integral saludable.
Estos momentos de reconexión con nuestra propia realidad son denominados como momentos de autocuidado. El autocuidado tiene ciertas premisas, como son la conexión emocional con uno mismo, la búsqueda de la armonía interior, el disfrute y la expresión de la propia esencia personal, más allá de “deberes” y asuntos pendientes; sin embargo, más allá de estas bases, el autocuidado es lo que tú necesites, lo que a ti te haga sentir en sintonía contigo mismo y te llene de energía e ilusión por la vida. Algunos ejemplos son disfrutar de momentos de silencio, visitar la naturaleza, compartir momentos de conexión con personas a las que amamos, realizar actividades de ocio, etc. Puedes organizar tu horario diario de tal manera que cada día exista un espacio dedicado al autocuidado, de tal manera que entre jornada y jornada puedas parar y recargar tu batería.
Hábitos saludables
Los momentos de autocuidado y los hábitos saludables van de la mano y se entremezclan, de hecho, contar con diferentes rutinas de hábitos saludables también es una forma de autocuidado. Existen cuatro pilares fundamentales de los que surgen los hábitos saludables; la salud mental y emocional, la actividad física, la nutrición y el descanso.
Ante situaciones estresantes y problemáticas tendemos a descuidarnos, ya que nos debido a la fuerte demanda, la mayor parte de nuestros recursos se invierten en sobrevivir o resolver lo que nos ocurre, lo que nos lleva a desconectarnos de nosotros mismos y de nuestras necesidades. Esto hace que no escuchemos nuestras emociones y que llevemos a cabo conductas que no las regulan, sino que las evitan o las suprimen; que no cuidemos nuestra nutrición, abusando de alimentos procesados y sin llevar un orden y equilibrio en nuestras comidas, lo que tiene un fuerte impacto negativo sobre nuestro intestino y sobre nuestras emociones; y que dejemos de lado la actividad física, vital para sentirnos con energía, conectar con nuestro cuerpo y movilizar las sobrecargas que provienen de la activación constante que generan nuestras emociones, así como para prevenir dolores y molestias.
Por ello, necesitamos prestar atención y tomar consciencia de cómo nos estamos relacionando con nosotros mismos en estos cuatro ámbitos y tener en cuenta si nuestras conductas favorecen su equilibrio. De este modo, afianzaremos de tal manera estos cuatro pilares fundamentales que estaremos en condiciones óptimas para afrontar de un mejor modo cualquier situación que se presente.
Búsqueda de apoyo social
Más allá de nuestra dimensión individual, el ser humano está llamado a vincularse, a descubrirse, encontrarse y sanarse en la interacción segura con un otro. Necesitamos expresar nuestras emociones, entregar y recibir afecto, mostrar nuestra genuina esencia y crecer y aprender a través de nuestros vínculos. Esta naturaleza se intensifica cuando nos encontramos en una situación estresante o que está generando en nosotros un impacto emocional negativo. Es por ello, que una de nuestras primeras respuestas cuando nos sentimos desbordados o ante un conflicto es recurrir al apoyo social, a la búsqueda de esas personas de nuestro entorno que nos pueden escuchar y comprender.
Para vosotros, la vuelta al cole es un ejemplo claro de circunstancia novedosa, estresante y cargada de incertidumbre y miedos, por lo que es vital que tengáis este factor en cuenta y que no viváis este momento desde la soledad o desde el silencio. Aunque el covid-19 ha nublado y dificultado nuestras relaciones sociales, debido a las necesarios medidas anticontagio, sigue siendo posible mantener y sentir cerca nuestros vínculos más cercanos, además de que podemos crear comunidades y redes de apoyo que nos permitan contactar con personas que viven nuestra misma situación y con las que poder buscar soluciones o desarrollar iniciativas enriquecedoras. Por ello, tened muy presente a vuestra familia, pareja, amigos, compañeros de profesión y a otros profesiones de la educación con los que podáis compartir vuestras vivencias, emociones y necesidades.
Entrenamiento en técnicas de relajación y atención plena
El proceso de estrés, natural y supervivencial y que se desencadena ante estímulos sorpresivos, que nos ponen en peligro o que reactivan en nosotros memorias de vivencias amenazantes desencadena una serie de cambios a nivel fisiológico que permite a nuestros organismo estar lo suficientemente activado y preparado para huir, luchar o afrontar estos estímulos.
Cuando nos encontramos ante una circunstancia que interpretamos o vivimos como demandante, desbordante o para la cual sentimos que no contamos con los recursos suficientes la respuesta de estrés se prolonga durante días, pudiendo esto desgastar y agotar nuestro sistema físico, mental y emocional, lo que tiene mucha relación con estados afectivos negativos y limitantes. Por esta razón, es muy importante que como profesor que afronta este enorme reto dediques varios momentos del día a regular la activación fisiológica derivada de la acumulación de momentos de estrés que pueden surgir a lo largo de la jornada laboral. Esto te permitirá generar momentos de pausa y de paz, desde los cuales podrás generar nuevas actitudes ante tu realidad.
Existen numerosas técnicas que pueden ayudarte en esta tarea y algunos son tan sencillos y accesibles como la respiración, especialmente la respiración diafragmática. Asimismo, os recomendamos la práctica de Mindfulness que permite tomar consciencia de nuestras sensaciones corporales y nuestro nivel de tensión, pudiendo regularlos desde la atención plena y la respiración consciente. Lo recomendado es que realices alguna de estas técnicas a primera hora de la mañana, a mitad de mañana, si tienes un pequeño espacio de descanso, por la tarde y antes de acostarte.

Realiza un diario emocional
Para pode regular correctamente la intensidad y duración de nuestras emociones necesitamos primero tener consciencia de ellas y muchas veces, con el automatismo del día a día, nos volvemos ajenos a nuestros estados emocionales y únicamente conectamos con la sensación de malestar y falta de energía, sabiendo que algo va mal, pero sin poder encontrarnos a nosotros mismos en esta nube de confusión.
Un ejercicio muy útil para poner luz en nuestro interior es el registro de nuestros estados emocionales y de las situaciones que rodean al surgimiento de dichas emociones en varios momentos del día. Este ejercicio no solo se realiza si nos sentimos tristes, frustrados, rabiosos, etc, sino también si no sentimos esperanzados, ilusionados, agradecidos, etc. El trasfondo de este sencillo ejercicio es que poco a poco vayamos conociendo mejor cómo respondemos a los diferentes escenarios de nuestra vida, en este caso el reto de la vuelta al cole y así sepamos qué emociones son más recurrentes en nosotros y ante qué tipo de estímulos suelen darse. También podremos darnos cuenta de que momentos se relacionan con nuestras emociones positivas, pudiendo potenciar estas estrategias como medios para regular estados negativos mantenidos en el tiempo.
Esta información resulta muy valiosa porque nos permite conocernos mejor y nos da muchas pistas de cuáles son nuestros miedos, preocupaciones, nuestras necesidades, lo que nos hace sentir bien y cómo nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos.
Ten muy presentes tus propias necesidades
Ante situaciones retadoras de nuestra vida es muy importante que tengamos todavía más presentes si cabe nuestra necesidades personales, ya que no podemos salir con fuerza a primera línea de batalla si no hemos nutrido nuestras propias necesidades. Es por ello, que es fundamental que como profesor establezcas una linea firme entre tu autonutrición y tu labor profesional, para que exista un equilibrio entre lo que entregas al mundo y lo que te entregas a ti mismo. En momentos difíciles, las personas necesitamos economizar nuestros recursos y priorizarnos por momentos, ya que, de otro modo, llegamos a un estado de desgaste asegurado, en el que ya sí que sí, no podemos entregar nuestro valor. Por ello, permítete ser, dedícale tiempo al autocuidado, a tus hábitos y a técnicas y ejercicios que te equilibren y que te ayuden a reconectar con tu poder interno y, sobre todo, no te identifiques con la figura de supermujer o superhombre. Pide ayuda a quien lo necesites, a tu familia, pareja o seres cercanos, no te lo cargues todo tú.
Stop a la autoexigencia y la culpabilidad
Como ya hemos mencionado en el punto anterior, identificarnos con el arquetipo de superhombre, supermujer o de salvador que todo tiene que resolver y todo lo tiene que hacer siguiendo sus expectativas de perfección es un camino que rápidamente nos puede llevar al desgate físico y emocional, a la frustración, a la rabia y a la tristeza. Es muy importante, como también hemos comentado ya, economizar nuestros recursos y tomar consciencia de cuáles son los aspectos de la realidad sobre los que podemos actuar y cuáles exceden mis posibilidades, teniendo en cuenta también qué recursos nos ofrece nuestro medio, que, en esta situación de vuelta al cole, parecen bastante deficientes. Por ello, ten presente que tú no puedes llegar a todo, no puedes atar todos los cabos sueltos, no puedes resolver todos aquellos aspectos que no te corresponden y, sobre todo, no te mereces autoexigirte esta enorme carga, ni sentirte culpable por todo aquello que se desmorone o no llegue a buen puerto.
Ahora mismo, tu prioridad eres tú y tu equilibrio y el sentirlo y mantenerlo es lo que te permitirá entregarte a tus alumnos de la mejor manera posible y ayudarles también a ellos a que se sitúen en este nuevo marco y puedan seguir aprendiendo y creciendo, tanto en lo emocional como en las diferentes materias impartidas. Ellos se merecen lo mejor, pero lo mejor empieza por ti, ese va a ser tu gran salvavidas durante este curso.
Reconoce tu valor personal
Uno de los antídotos para la autoexigencia es reconocer la belleza de lo que somos. Eres valioso por el mero hecho de existir, por el hecho de estar repleto de vida y de potencial. Aunque nos hayan educado a ser lo que conseguimos y medir nuestro valor en base a objetivos logrados y en base a la validación social, esto no es más que una fábula que nos hemos montado y que nos ha servido para alejarnos progresivamente de nosotros mismos y machacarnos más de la cuenta en cada cosa que hacemos.
Pero quizás, es el momento idóneo para que tú como profesor que se enfrenta esta situación te des cuenta del enorme valor que reside en ti, de la fuerza y la intención que mora bajo tus acciones, por “pequeñas” que sean. Desde que nos levantamos de la cama nos ocupamos de todo, cumplimos rutinas, trabajamos, nos ocupamos de la familia, cuidamos y construimos y aún así sobrevuela sobre la mayoría de nosotros un sabor agridulce de no ser suficientes, de no hacer todo lo que deberíamos.
Para esta rueda, guárdala en ese caja perdida del armario que no sueles abrir. Aprende a mirarte, sin tanta obligación, sin tantos “tendría” y “debería”, réstate importancia y réstasela también a todas las imposiciones sociales. Recuerda, eres un ser natural, completo y con capacidad para sentir felicidad por ti mismo. Si has olvidado que esto es posible puedes empezar a ver esta situación como una oportunidad para reencontrarte contigo mismo y con todo lo que ya eres.

Reconecta con tus valores
Nuestros valores personales son guías para nuestros comportamientos y decisiones vitales y tienen una estrecha relación con nuestra identidad y nuestra esencia individual. Los valores hacen referencia a aspectos que son fundamentales en nuestra vida, aquellas estructuras de las que se alimentan muchos de los pasos que damos en nuestra vida. Algunos ejemplos de valores son la humanidad, la espiritualidad, la compasión, el liderazgo, etc.
Frecuentemente, no tenemos claro o nos hemos olvidad de nuestros propios valores y al no tener presentes nuestras guías, se incrementa nuestra sensación de estar perdidos y estar muy alejados de nosotros mismos y de lo que nos resulta importante y prioritario en esta vida. Cuando no dedicamos tiempo a acciones que nacen de nuestros valores y no somos coherentes con lo que nos define e identifica como seres humanos nos recorre una sensación de falta de contacto con la vida y falta de propósito.
Por ello, te invito a que en esa situación que va a demandar muchos de tus recursos, dediques un tiempo a reflexionar acerca de tus valores centrales y de qué acciones llevas a cabo para nutrirlos, tanto en el ámbito personal como en el profesional. No olvides que como profesor que se enfrenta a este nuevo marco educativo te puedes sentir perdido en numerosas ocasiones, pero como persona única que eres, no olvides que cuentas con tus guías y con esos valores que te conectan con quien eres en verdad y, créeme, la persona que eres es mucho más sabia de lo que crees.
Sentido vital y trascendencia
Cuando estamos alineados con nuestros valores estamos más cerca de nuestro yo esencial, es decir, de nuestra parte más verdadera y genuina y, con esta parte a flor de piel, emerge nuestro sentido vital y aquello que nos apasiona en la vida. Nuestro sentido vital también suele nublarse o dejarse de lado cuando atravesamos momentos que vivimos como un peligro o un amenaza, como puede ser esta vuelta al cole. Por ello, una vez hemos logrado generar estados de calma, como os explicábamos en el punto relativo a las técnicas de relajación, es importante que tratemos de conectar con nuestro sentido vital, con aquello que nos impulso a evolucionar, con aquello que nos hace movernos, transformarnos e incluso salir de nosotros mismos para dejar nuestro grano de arena en el mundo.
El reflexionar acerca de estas cuestiones existenciales nos puede ayudar no solo a recuperar la fuerza y la ilusión que me permitan combatir el desgaste y el agotamiento, sino que nos permitirá aportarle un sentido de trascendencia a todas las circunstancias que se vayan dando a lo largo de este curso. Transcender quiere decir ir más allá, mirar con perspectiva y vernos más allá de las circunstancias o incluso vernos más allá de nosotros mismos. Este movimiento nos permite integrar todo lo vivido, aprender, evolucionar y abrir nuevos cofres de potenciales que habitan en nosotros. Por ello, aunque reconozco la dificultad, te invito a emplear esta situación como motor de cambio de tu vida.
Pedir ayuda
En ocasiones regular nuestros estados emocionales no resulta sencillo, nosotros queremos sentirnos mejor, pero hay algo que nos limita, que nos impide llevar a cabo acciones que nos lleven a otro estado emocional más positivo. Si te ocurre esto, no te culpes y no te veas como un caso imposible, ¡eso no existe! todos nosotros necesitamos ayuda y guía en numerosos momentos de nuestra vida en los que la ansiedad y la desesperanza son agudos. Por ello, si este es tu caso, busca a un profesional que te ayude en este proceso de autoconocimiento y mejora de tu salud y verás que pronto, tus piezas comienzan a encajar.

Esperamos que este artículo os haya sido de ayuda y haya despertado vuestra reflexión, pronto profundizaremos en algunas de las herramientas citadas y en muchas más que os puedan guiar para mejorar vuestra salud emocional. También puedes seguirnos en nuestras redes sociales, las cuales podrás encontrar en nuestro sitio web y así visualizar el primero todo el material que vamos creando para vosotros.